29 octubre 2022

Quimera

En la niñez me daban ganas de volar, de ser invisible, de viajar a través del tiempo, de ser bonita como Julia Roberts. También soñaba con ser fotógrafa y ser escritora de historias de miedo o de fantasía. O ser una gran costurera y cocinera, también ser independiente y una mujer reconocida por aportaciones en algo que solamente yo descubrí, por ejemplo el invento de una nueva palabra. Al paso del tiempo, descubrí que todo lo que quería no era tan fácil de conseguir y la única cosa que quedaba, era que cuando tuviera 30 sería la mejor mujer del mundo.