Nosotros, ustedes, ellos.

Así como sé que no me gustan muchas cosas de los demás ( expresiones, habla de mal gusto, palabras y frases inventadas, forma de vestir,opinión diferente) entendí que: somos diferentes, es un contexto socio-cultural distinto, su prioridad es otra, el lenguaje y pensamiento se basa en programas de tv denigrantes y discriminatorios (aclaro que yo pienso así de esos programas) que pueden influir de manera negativa.

Por eso, por todo ello, maduré, traté de corregir con sabiduría y sin menospreciar, mostré y enseñé lo poco que sé, di lo mejor que tengo para ellos,  pero sobretodo, me incluí con ellos y aprendí de todos, de esa cultura.
Y así, yo pude, quizá, ser como ellos.
Ahora son parte de mi vida, parte de mi pensamiento.

Es maravilloso.