No es el momento para decir “quisiera” Tampoco es el día para decidirme a cambiar radicalmente.
Niño, creo que ya se fue, que lo perdí. Es que nunca lo he tenido.
No es angustia ni compasión, es más bien, estupidez.
Tampoco creo que terminaré la licenciatura, y no es que no quiera, sino que, no tengo tiempo. Sé que puedo ir sentarme y entender el portugués. Pero no es lo mismo decir Falar que decir habla; tampoco es lo mismo leer en náhuatl que leer Romeo y Julieta en francés. No es lo mismo.
No es que no quiera, es que me canso. Cansancio perdido. Mira que tengo muchas cosas que hacer
06 septiembre 2010
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