La señora de la playera amarilla balbuceaba, yo no logré comprender que trataba de decir. Era tan pomposa, tenia la cara de arrogante. Me acerque para entender lo que salia de sus dientes. Tenia un olor fétido, quizá nunca limpia esa caverna que lleva como boca, era grande como un elefante y tosca como un gorila. De un estrépito grito quedo inconsciente y tirada en la calle.
No supe por qué murió.
26 diciembre 2013
12 diciembre 2013
09 diciembre 2013
07 diciembre 2013
01 diciembre 2013
El agua no se termina, se desborda ante cualquier situación. A veces el sol se asoma y seca todo, no deja huella alguna. Pero otras veces la marea sube y deja mi vista borrosa, no me deja ver nada, el pensamiento se tambalea por tan alto precipicio. Y la gente no me ve, sigue sin entender, sigue pensando en por qué el cielo es azul. La verdad es que nunca ha querido saber pues ya hubiera tomado un libro para descubrir su gran misterio.
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